Es recomendable elegir entre diferentes sistemas de ventilación según los entornos y tipos de estancias para optimizar la eficiencia energética y garantizar una buena calidad del aire para las personas en su interior.
• Ventilación natural: hace referencia a la circulación de aire a través de las aperturas naturales de un edificio. No siempre es suficiente para eliminar contaminantes del aire, humos o residuos en suspensión.
• Ventilación mecánica controlada: ayuda a renovar el aire con un bajo consumo energético extrayendo el aire de la estancia hacia el exterior.
En el caso de los de doble flujo, extraen y renuevan al aire interior con un caudal desde el exterior mediante un intercambiador de calor que asegura una alta eficiencia energética.
• Ventilación mecánica regulada higrométricamente: tiene en cuenta la humedad, ya que trabaja en función de los niveles de higrometría. Extrae el aire con mayor humedad mediante bocas higrorregulables conectadas a los equipos mediante sistemas de conductos.